Lo que se debe y lo que no se debe hacer para controlar los líquidos para la enfermedad renal

Es importante que algunas personas con enfermedad renal limiten su ingesta de líquidos, pero muchas personas no entienden por qué ni por dónde empezar. Anthony Reed, un antiguo paciente en diálisis y receptor de trasplante de riñón, y Catherine Wells, enfermera especialista en nefrología, están aquí para explicarlo.

Por qué son importantes las restricciones de líquidos

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Los riñones son responsables de muchos trabajos importantes, como equilibrar los líquidos y eliminar los desechos de la sangre. Cuando los riñones ya no son capaces de eliminar líquidos y desechos, puede experimentar uno o más de los siguientes síntomas:

Hinchazón (edema) de pies, tobillos, muñecas y cara
Dificultad para respirar
Calambres
Dolor de cabeza
Presión arterial alta

“Estos son síntomas de un problema mucho mayor: el líquido en el cuerpo puede comenzar a afectar otros órganos”, dijo Wells. “Puede causar insuficiencia cardíaca y afectar a los pulmones”.

Obtenga más información sobre la sobrecarga de líquidos.

¿Quién tiene que vigilar los líquidos?

Muchos no necesitan limitar la ingesta de líquidos hasta que los riñones comienzan a fallar en la enfermedad renal en etapa 4 o 5.

“Es diferente para todos. Algunas personas pierden la capacidad de filtración cuando falla la función renal, pero aun así producen mucha orina. Otros pierden tanto la función filtrante como la capacidad de eliminar el agua extra”, dijo Wells. “La prescripción de líquidos para cada persona tendrá un aspecto diferente porque debe basarse en la cantidad de función renal que usted tenga y en el funcionamiento de esa función. Mi regla general es que, si sale orina, se puede tomar líquido”.

Las prescripciones de líquidos también dependerán del tratamiento de la nefropatía terminal:

Hemodiálisis: limite el líquido para un menor riesgo de presión arterial baja, calambres y estrés en el corazón durante los tratamientos de diálisis.
Diálisis peritoneal: puede beber líquidos como de costumbre, pero controlar el consumo de sodio y azúcar puede ayudar a controlar la sed y el aumento de peso.
Trasplante de riñón: en general, hay que aumentar los líquidos, sobre todo si se hace una transición a partir de una dieta con restricción de líquidos.

En el caso de Anthony, el consumo excesivo de líquidos y sodio dio lugar a una dolorosa sesión de hemodiálisis en el centro: “Lo hice muy bien hasta los últimos 5 minutos de tratamiento. Luego, empecé a tener calambres en los dedos y esa sensación se disparó directamente hacia la nariz”.

Consejos para mantener las restricciones de líquidos

“Quienes se someten a diálisis quieren llevar una vida saludable. El manejo de líquidos y el seguimiento de sus tratamientos son formas maravillosas de disfrutar de la vida que soñó. La diálisis puede apoyar eso”, dijo Wells. “Si no está siendo constante con el tratamiento o si tiene una sobrecarga de líquidos, la enfermedad renal va a interponerse en el camino de la vida que desea”.

Seis maneras de respaldar las restricciones de líquidos:

Hable con su equipo de atención médica: su equipo de cuidado de la salud puede ayudarle a encontrar el equilibrio adecuado de líquidos. Asegúrese de hablarles sobre la sudoración causada por el calor o el ejercicio y si tiene una enfermedad que le causa fiebre, vómitos o diarrea. En estos casos, es posible que tenga que aumentar los líquidos.
Conozca su peso seco: el peso seco es el peso menos los líquidos adicionales. La mayoría de los pacientes en hemodiálisis intentan limitar el aumento de peso por tratamiento a no más de 2.2 libras o 1 kilogramo por día. Contrólese la presión arterial junto con el pesaje diario. Si está bajo, póngase en contacto con su equipo de atención médica, ya que es posible que necesite más líquidos o sal.
Coma menos sal: el cuerpo necesita un equilibrio entre la sal y los líquidos, así que cuanto más sal tenga, más sed tendrá.
Tome los medicamentos según las indicaciones: medicamentos como los diuréticos pueden ayudar a mantener los niveles de líquidos.
No se salte ningún tratamiento: saltarse los tratamientos de diálisis deja un exceso de desechos y líquidos en la sangre, lo que hace que se sienta mal.
Cree nuevos hábitos: en lugar de beber un vaso grande de agua, intente consumir cantidades más pequeñas a lo largo del día. Busque enjuagues bucales o caramelos duros, como menta o bolas ácidas, cuando sienta ansiedad, para reducir la sed.

“Aprenda de antemano a estimar (líquido para hemodiálisis) y sepa que si se equivoca una vez, esa es una lección, no un fracaso”, dijo Anthony. “Eso es con cualquier cosa en la vida. Si aprendes de eso, entonces es una lección y vas y continúas”.

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